Los síntomas de espasticidad incluyen rigidez muscular continua, espasmos y contracciones involuntarias, que pueden ser dolorosas. Una persona con espasticidad puede tener dificultades para caminar o realizar ciertas tareas. La espasticidad en los niños puede provocar problemas de crecimiento, articulaciones dolorosas y deformadas y discapacidad
¿Cómo se siente la espasticidad?
La espasticidad puede ser tan leve como la sensación de tensión en los músculos o puede ser tan grave como para producir espasmos dolorosos e incontrolables en las extremidades, generalmente en las piernas. La espasticidad también puede producir sensaciones de dolor u opresión en las articulaciones y alrededor de ellas, y puede causar dolor lumbar.
¿Cómo se alivia la espasticidad?
La espasticidad se puede reducir con:
- Realizar ejercicios de estiramiento diariamente. El estiramiento prolongado puede alargar los músculos, lo que ayuda a disminuir la espasticidad y a prevenir las contracturas.
- Férulas, yesos y aparatos ortopédicos. Estos métodos se utilizan para mantener el rango de movimiento y la flexibilidad.
¿La espasticidad empeora con el tiempo?
La espasticidad a menudo se observa en los músculos del codo, la mano y el tobillo y puede dificultar mucho el movimiento. En algunos casos, la espasticidad puede empeorar con el tiempo si el brazo o la pierna no se mueven mucho Las contracturas también pueden desarrollarse después de un accidente cerebrovascular y causar rigidez en el brazo o la pierna.
¿Qué puede desencadenar la espasticidad?
La espasticidad generalmente es causada por daño o interrupción en el área del cerebro y la médula espinal que son responsables de controlar los reflejos musculares y de estiramiento. Estas interrupciones pueden deberse a un desequilibrio en las señales inhibitorias y excitatorias enviadas a los músculos, lo que hace que se bloqueen en su lugar.